Buscar alimentos en la naturaleza se ha convertido en una moda durante los últimos años. La conexión con lo “local” es un fenómeno creciente, no menos vigoroso que el deseo humano de remodelar la naturaleza. El aprovechamiento y uso de las hierbas y plantas extraídas de los campos o bosques cercanos es una tradición que forma parte del patrimonio cultural de muchas naciones. Esta moda va acompañada, a veces, de un cierto tono nacionalista. Ella Littwitz, en su trabajo, habla de su tierra natal, Israel, relacionando la realidad actual con los diferentes momentos y estratos históricos que han dado forma a su país. Pese a que las pistas que muestran la presencia del conflicto palestino-israelí en su trabajo son sutiles, ésta es una parte importante en su obra. Ambas ideas nos permiten entender la relevancia de la exposición de Littwitz. La práctica artística como investigación se encuentra en el núcleo de la obra de la artista; relacionándola con la arqueología, la biología y la filosofía, adoptando métodos de investigación naturalistas. A través de una mirada inquisitiva, cercana a la perspectiva de un científico, investiga cada detalle con el fin de comprender y formular una opinión relacionada con su materia de estudio. Ella Littwitz actúa de un modo similar a los colonos Sionistas quienes, en su momento, al medir, examinar, marcar y apropiarse de cada piedra de Palestina/Israel, actuaron como arqueólogos, científicos y arquitectos. Cada planta y cada atalaya recibió un nombre hebreo y el territorio local cambió drásticamente: la naturaleza fue diseminada, los bosques fueron sembrados, algunos ríos desviados, varios cerros erigidos y, como si se tratase de un set de Hollywood, un nuevo paisaje, similar a la Toscana o la Provenza, fue creado. Por tanto, épocas históricas quedaron borradas por completo. El deseo de conectar ese lugar con su pasado judío es uno de los principios más importantes del movimiento sionista. Este acercamiento aparentemente romántico, que busca visibilizar un secreto escondido, incomprendido o distorsionado; es el resultado directo de la aspiración de los colonos de crear una mini-Europa en Israel. No resulta sorprendente que una artista israelí, que trabaja con la materia de lo subjetivo y de la identidad propia, reflexione sobre ello recurriendo a las metodologías europeas clásicas. En su trabajo actual, Littwitz invita a los espectadores a reflexionar sobre su investigación. Sus hallazgos sirven únicamente como un punto de partida para una preocupación artística, mientras los somete a varias transformaciones que redefinen las relaciones entre “significado/significante” de la obra. Así es como, por ejemplo, Littwitz transforma sus hallazgos en objetos disfuncionales que soportan su carga histórica y su valor socio-político. A pesar del hecho de que los descubrimientos de archivo son la única clave para entender su trabajo, Littwitz no aporta al espectador las claves para acceder a ellos, permitiendo que se mantengan ocultos y sin haber dejado un rastro a seguir. Todo lo que la artista revela, más que una experiencia empírica, es el resultado de la metamorfosis generada a través de la experiencia artística. Matan Daube “We don´t know what our nature permit us to be”, 2014 tiza sobre pizarra Esta pieza está basada en un documento de archivo hallado por Littwitz en “The Central Zionist Archives”: un croquis arquitectónico de la entrada a un bosque israelí creado por el Jewish National Fund (JNF). Este documento podría parecer el planteamiento de un patrón ideológico, pues los bosques israelís fueron plantados por el JNF principalmente para ocupar territorios en Palestina usando la excusa de “hacer que el desierto florezca”. La imagen de archivo refleja el objetivo del movimiento sionista de crear el “sueño europeo” en su nuevo país, apoyándose en las ideas del romanticismo europeo. El desarrollo de la pieza intenta materializar también la ductilidad de la memoria en sí misma. Uproot Los 143 dibujos botánicos están basados en el libro Las malas hierbas de Palestina y su control, escrito por el Dr. Michael Zohary en 1941. En su libro, muchos años antes de que Israel fuese fundado, Zohary publicó una lista que fue el primer intento de cartografiar las malas hierbas de Palestina. Para Littwitz esta lista funciona como un retrato de la flora nativa, instantes antes de que los cambios políticos transformasen y diseñasen el paisaje. La definición subjetiva de una mala hierba, qué debe permanecer y qué debe ser arrancado, depende también de las circunstancias. AKURIM , la traducción hebrea para “uproot” (desarraigar, arrancar de raíz), es también el alias de los refugiados palestinos desplazados desde 1948. "The act of going up" Esta pieza de bronce es el resultado del vaciado de una Dittrichia Viscosa, la primera planta que crece en Israel cuando el suelo es alterado. Por tanto, ésta es parte de la escasa comunidad de plantas colonizadoras de la zona. Esta planta también tiene carácter aleopático que influye en el crecimiento, la supervivencia y la reproducción de otros organismos que se desarrollan a su alrededor.
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